El taller de Símbolos y Arquetipos para la Nueva Feminidad que hace Meritxell me ha abierto la puerta a Carl Gustav Jung, de como los símbolos tienen una incidencia concreta en las cosas que hago, que hacemos.
Que concretamente se centre en los arquetipos de la feminidad, dibuja un panorama más complejo de lo que puede parecer a primera vista. Nada es tan sencillo. Ni tan bello, como cuando no es tan evidente lo que es adecuado o no. Es complejo, situado, contextual en cada lugar, a cada momento. Se trata de no tener claro que es lo que hay, ni saber de antemano que es lo que hace falta.
La parte vivencial nos aleja de quedarnos en elucubraciones teóricas y mirarnos dentro qué tenemos, porqué y qué queremos hacer con ello. Y en otro orden de cosas, trascendiendo nuestra individualidad, qué somos como animales sociales, hacia donde vamos como Humanidad. No deja indiferente, pero sobretodo -y a lo mejor esto es lo mejor- da un aliento de esperanza.