Indicadores de una dificultad de escucha
Si te identificas con varios de estos indicadores, es que tienes dificultades para escuchar.
En el lenguaje receptivo:
-Necesidad de que se repitan las instrucciones.
-Distracción, inquietud, atención y concentración deficientes.
-Tendencia a interpretar mal lo que se dice.
-Dificultad para seguir y/o participar en conversaciones en un ambiente ruidoso.
-Confusión de palabras que suenan similares.
-Hipersensibilidad a los sonidos.
-Mala ortografía.
En el lenguaje expresivo- relacionadas con deficiencias en el control audiovocal o en la autoescucha:
-Lenguaje lento, titubeante y mal articulado.
-Mala modulación de la voz (demasiado baja o demasiado alta).
-Voz monótona y apagada o con deficiencias en el timbre, tono o fluidez.
-Dificultades en la comprensión de la lectura, dificultades en la lectura, especialmente en voz alta.
-Canto desafinado.
-Retraso en el desarrollo del lenguaje.
-Falta de interés en la comunicación oral y, en extremo, evitar o rechazar activamente el uso del lenguaje para comunicar-se con los demás.
En las habilidades motoras- relacionadas con el vestíbulo, parte del oído que controla el equilibrio, la coordinación y la conciencia corporal:
-Equilibrio o coordinación deficientes.
-Poca destreza en los movimientos corporales.
-Movimientos excesivos al hablar o escuchar, inquietud.
-Mala postura: demasiado tensa o rígida, o tonicidad insuficiente.
-Falta de sentido del ritmo.
-Inversión de letras y palabras o mala escritura.
-Sentido del espacio y el tiempo deficiente.
-Dificultades en las habilidades de organización y / o planificación.
-Lateralidad deficientemente establecida o no establecida.
-Retraso en el desarrollo motor
En la actitud y la motivación:
-Actitud indiferente, negativa y/o antagónica hacia la comunicación y el aprendizaje.
-Actitud negativa hacia el trabajo o la escuela.
-Rendimiento bajo en el trabajo o la escuela. Adaptación difícil a la vida escolar.
-Tendencia a aislarse o a evitar la comunicación. Dificultades para relacionarse.
-Falta de curiosidad o interés por aprender.
-Baja tolerancia a la frustración. Irritabilidad.
-Falta de confianza en un@ mism@.
-Inmadurez.
En el nivel de energía- el oído actúa como una dinamo que proporciona la energía necesaria para vivir y autorealizarse:
-Hiperactividad.
-Tristeza y síntomas depresivos.
-Dificultades en la atención, la concentración y la memoria.
-Sentimiento de total soledad y aislamiento, a pesar de tener gente alrededor.
Otros:
-Estados de ansiedad y angustia.
-Circunstancias difíciles durante la gestación.
-Nacimiento difícil o separación prematura de la madre.
-Trastornos del sueño y los patrones de la alimentación.
-Infecciones recurrentes del oído en los primeros años de vida.
-La llegada de un hermano menor durante los primeros dos años de vida.
-Etc.
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