Nueva Medicina Germánica
La Nueva Medicina Germánica ofrece una comprensión completamente nueva de lo que la ciencia llama comúnmente “enfermedad”.
Las investigaciones del Dr. Hamer cambian radicalmente las muchas teorías existentes de la medicina convencional. Su explicación de la enfermedad como una interacción significativa entre la psique, el cerebro y el órgano correspondiente refuta la visión de que la enfermedad ocurre por azar o como resultado de un error de la Naturaleza o tal o cual gen. Basado en criterios científicos probados, la Nueva Medicina Germánica rompe con los mitos de las células cancerígenas malignas o de los microbios destructivos e identifica a las «enfermedades infecciosas» así como a los tumores cancerosos como medidas naturales de emergencia biológica practicadas por millones de años y diseñadas para salvar al organismo, para conducirlo a su recuperación (autosanación) y no para destruirlo como nos fue enseñado.
Enfermedades tales como el cáncer pierden su imagen amenazadora y son reconocidas como programas especiales significativos de supervivencia biológica.
El Dr.Hamer descubrió algo que ya desde las medicinas tradicionales antiguas China e Indias, por ejemplo, ya se conocía pero que no se ha contemplado así desde un punto de vista científico. Y él ha demostrado científicamente que cada enfermedad se origina por un choque o trauma que nos toma completamente por sorpresa y se vive emocionalmente en soledad. En el momento que el conflicto inesperado ocurre, el choque impacta un área específica en el cerebro causando un dibujo concéntrico con forma de diana (más tarde llamada Foco de Hamer), visible en un escáner cerebral como un grupo de anillos concéntricos nítidos.
Las células cerebrales que reciben el impacto envían una señal bioquímica a las células del cuerpo correspondientes provocando el crecimiento de un tumor, la necrosis de un tejido o la pérdida funcional, dependiendo qué capa del cerebro recibe el choque. Esta necrosis o tumor viene a restablecer un programa anterior que el cerebro de la persona activó para sobrellevar el trauma.
Una vez en conflictolisis (resuelto el conflicto) pasa a la segunda fase para restablecer los tejidos y recuperar la normalidad. O sea, que el 80% de las personas acude al médico cuando hay síntomas que son en realidad manifestación de la recuperación o solución, por lo que, con o sin medicación, el programa biológico de sanación ya está en marcha y la recuperación de la salud se da por si misma, aunque creamos que ha sido la medicación tomada.
Expresado de otra manera cada enfermedad progresa a través de dos fases: primero, una fase activa del conflicto, caracterizada por estrés emocional, (extremidades frías, falta de apetito, falta de sueño), y posteriormente, en caso de resolver el conflicto, una fase de curación. Este es el periodo en el que la psique, el cerebro y el órgano correspondiente entran en la fase de recuperación, frecuentemente un proceso difícil, marcado por fatiga, fiebre, inflamación, infección, y dolor. Es cuando buscamos al médico.
La razón de por qué conflictos específicos están irrefutablemente unidos a áreas específicas del cerebro es que, a través de nuestra evolución como especie, cada área del cerebro fue programada para responder de manera instantánea a conflictos que pudieran amenazar nuestra supervivencia. Mientras el tallo cerebral (la parte más antigua de nuestro cerebro) está programada con cuestiones básicas de supervivencia como respiración, reproducción y alimentación, la corteza cerebral (la parte más nueva) está más relacionada con temas de tipo social (manada) y territorial.
El Dr. Hamer llamó a sus descubrimientos «Las Cinco Leyes Biológicas de la Nueva Medicina«, ya que su investigación está completamente acorde a las leyes naturales de la Embriología y a la lógica de la evolución. A través de los años, el Dr. Hamer ha sido capaz de confirmar sus descubrimientos con más de 40.000 estudios de caso.
El resultado de este trabajo científico es la creación de un diagrama ”Psique-Cerebro-Órgano“ que señala la enfermedad, el contenido del conflicto biológico que la causa, el sitio en el escáner cerebral donde la lesión correspondiente puede ser observada, cómo se manifiesta esa enfermedad en la fase activa del conflicto, y qué se debe esperar en la fase de curación.
Para los que profesionalmente trabajamos con personas abordando sus problemáticas desde las áreas emocional y mental de sus vivencias esta información es altamente interesante. Entender qué conflicto biológico hay detrás de cada alteración de cada órgano o tejido es una información valiosísima sobre todo en los casos que cuesta encontrar la raíz que origina la desarmonía.
Como ciudadanos del nuevo milenio esta información es un cambio de paradigma científico que pone patas arriba demasiados fundamentos por lo que es probable que cueste que se entienda, asuma e incorpore en la práctica científica y médica. Pero mientras tanto, aquí y ahora, nos puede aportar y ayudar mucho tener este conocimiento en nuestro ejercicio terapéutico.
Ana Espiga